La salud de los gobernantes, asunto de interés.
#Editorial
La salud de los gobernantes, asunto de interés.
La salud de los gobernantes, sobre todo de quien ejerce la Presidencia de la República y de los gobernadores, es un asunto de interés nacional, y de gran importancia para la estabilidad política y social del país.
A lo largo de la historia, hemos visto cómo, cualquier información que involucre la salud de los líderes políticos, puede tener un impacto significativo en la dirección de una nación, y México no es la excepción.
En las últimas horas, hemos sido testigos de la preocupación creciente, en torno a la salud del actual Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Desde sus antecedentes coronarios, los diagnósticos previos de COVID19 y una enfermedad gastrointestinal, la salud del Titular del Ejecutivo mexicano ha estado en el centro de atención.
Algunos pueden argumentar que esto no debería ser un tema de discusión pública, trasladándola a un asunto personal y privado. Sin embargo, es importante recordar que el Presidente de México, además de figura pública, es el líder constitucional de toda la nación.
En el pasado, algunos presidentes mexicanos fueron muy herméticos respecto a cualquier problema de salud, por mínimo que haya sido, seguramente para no mostrar debilidad o dejar vacíos legales y de gobernabilidad.
Hoy, no debe, ni puede ser el caso. En aras de la transparencia y la rendición de cuentas, la información sobre la salud del Presidente de México debe ser pública, abierta y oportuna.
Es importante saber qué padecimiento es el involucrado (en este caso covid19), pero también saber a dónde y cómo se le trasladó para su atención inmediata; qué doctores están al frente del tratamiento; en qué estado se encuentra la evolución médica del paciente; y quién o quiénes asumen las tareas del mandatario. Ayer, sólo se dijo que el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, será quien encabece las conferencias matutinas tal como hizo hoy, pero no más.
Para no generar infodemia y evitar vacíos de información, que de inmediato son ocupados con rumores, comentarios y especulaciones, generalmente infundadas e incluso malévolas, -especialmente a través de redes sociales-, se debe comunicar de manera puntual y pertinente.
La ciudadanía tiene el derecho a ser informada por fuentes confiables y siempre de primera mano.