• Esta ceremonia es un mensaje de paz y armonía, y en el marco del 8 de marzo, un mensaje de respeto a las mujeres

  • Esta tradición es un ejemplo de la resistencia y la persistencia para mantener vivas sus culturas y tradiciones en un mundo cada vez más globalizado y homogéneo

Con el vuelo de mujeres de Puebla, el Complejo Cultural Los Pinos, institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, se suma a las actividades conmemorativas por el Día Internacional de las mujeres 2023.

La ceremonia, que contó con la participación de las Doncellas del Viento, mujeres voladoras de las comunidades Xochiapulco y Cuetzalan, Puebla, se llevó a cabo en el palo volador, ubicado en Plaza Cencalli, dentro de Los Pinos. Ahí, la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, comentó: “Es un momento para agradecer a las mujeres que nos han abierto camino, no solo en la historia; también a las que abren surcos todos los días en el campo”.

Señaló que, Cencalli, la casa del maíz y la cultura alimentaria -ubicada dentro de Los Pinos-, es un espacio en el que también se reconoce la labor de las mujeres a lo largo de la historia para preservar los alimentos, las tradiciones, al tiempo que cuidan a sus familias.

“Este espacio está dedicado a la cultura del maíz, a la cultura alimentaria, a la cultura de la milpa. En esos prados, donde sembramos milpa, ya se hicieron las primeras cosechas, que representa a esas mujeres que nos han abierto paso. Y quienes van a volar hoy, son jóvenes que representan ese presente tan vibrante de niñas y jóvenes que no solamente son el futuro, son un presente al que nos debemos”.

Para dar la bienvenida, la subsecretaria de Diversidad Cultural, Marina Núñez Bespalova, afirmó: “Este espacio es muy especial para las mujeres de México y ya abrió para recibir a todo el pueblo de México, para que lo disfrutemos. Es la primera vez que se conmemora el Día de la Mujer donde debió conmemorarse desde un principio”, además, presentó a quienes harían el ritual de vuelo, el caporal Gregorio Antonio Morales y las voladoras, María del Carmen Ortiz García, Irene García Hernández, Xóchitl Salas de la Cruz, Karina Zárate Bonilla, Jocelyn de Jesús Mora Chávez.

Al hacer uso de la voz, Karina Zárate Bonilla, de Sangre Nueva de Xochiapulco, dijo: “El día de hoy queremos sembrar en ustedes una semilla, que la lleven a su casa, sobre los valores que involucra ser voladora y volador, que significa en sí un mensaje de paz y armonía, y en el marco del 8 de marzo, el respeto a las mujeres. Hoy presentaremos un vuelo de puras mujeres y queremos que también ustedes lo puedan disfrutar y lleven un mensaje de paz y armonía a sus comunidades”.

A su vez, Irene García Hernández, de Cuetzalan, dijo: “Hoy 8 de marzo estamos celebrando a la mujer, mujeres que fuimos ayer, que somos hoy y que vamos a ser mañana. Somos la semilla de nuestros ancestros, de las mujeres que se fueron y de las mujeres que vamos a seguir siendo”.

Por su parte, Amalia Salas Casales, cocinera tradicional de Xochimilco, comentó su interés en que este mensaje llegue a todo el mundo: “que sepan las mujeres, y todos, que teniendo voluntad y creatividad para hacer lo que nosotras queramos, sí se puede”.

Al término de la ceremonia, la secretaria Frausto Guerrero dijo: “Como ustedes vieron, fue un vuelo muy especial. Así como las mujeres servidoras públicas hemos ido abriendo camino, también en el campo espiritual, ritual, el campo cultural, un vuelo de voladoras no suele verse y eso quiere decir que los hombres de su comunidad están abiertos a que se abran estos pasos que parecían imposibles”.

El vuelo

La ceremonia tradicional del vuelo ocurre tras una ardua preparación física y espiritual; el caporal, junto con los cuatro voladores o -en este caso- las voladoras, se elevarán ataviados con su vestimenta tradicional hasta una altura de 20 metros sobre un palo de madera, con una cuerda atada a su cintura.

Durante el vuelo rodearán los cuatro puntos cardinales al son de la flauta, tambor y palillo de zapote, dando 52 vueltas que representan el antiguo calendario cósmico mesoamericano de la renovación del fuego.

El vuelo de las mujeres es un acto de devoción y sacrificio, que representa la conexión de las mujeres con la tierra, el cielo y los espíritus.

Aunque esta representación se asocia generalmente a la región del Totonacapan, Veracruz, otros grupos indígenas también la realizan como una actividad propia de su vida ceremonial y ritual. Actualmente, se practica en los estados de Hidalgo, San Luis Potosí, Puebla, Ciudad de México y Michoacán, así como en los países de Nicaragua y Guatemala.

Esta tradición es un ejemplo de la resistencia y la persistencia de las mujeres indígenas, que han luchado por mantener vivas sus culturas y tradiciones en un mundo cada vez más globalizado y homogéneo. La ceremonia de las Mujeres Voladoras de Cuetzalan es una celebración de la fuerza y el poder de las mujeres, y un recordatorio de que la diversidad cultural es la mayor riqueza de México.