Chile y Colombia, las otras víctimas por hackeos de Guacamaya
En Colombia, el colectivo Guacamaya asegura haber pirateado más de 300.000 correos privados del Comando General de las Fuerzas Militares y la fiscalía. Mientras que en Chile, esta red de hackers pirateó los servidores del comando conjunto de las Fuerzas Armadas, según tres expertos consultados por la AFP.
En el territorio colombiano el anuncio fue hecho en la plataforma Distributed Denial of Secrets. Y también comparte sus informaciones previa solicitud por correo electronico.
Las Fuerzas Militares colombianas sólo admitieron que tienen “conocimiento de la posible extracción de información del Comando General”, según un comunicado.
El 1 de agosto, Guacamaya reveló decenas de miles de correos de la estatal Agencia Nacional de Hidrocarburos y de la compañía privada New Granada Energy Corporation.
Esta filtración da cuenta de al menos 62 derrames de crudo y otros químicos en los pozos de la empresa entre 2015 y 2020.
La mayoría de estos “incidentes ambientales” no fueron reportados a las autoridades, según comunicaciones internas de New Granada Energy Corporation.
En Chile, “El ‘hackeo’ se logró a través de una vulnerabilidad que afecta a los servidores Exchange de Microsoft”, explica Nicolas Boettcher, de la Escuela de Informática y Telecomunicaciones Universidad Diego Portales.
Esta falla fue conocida desde agosto de 2021, añade, pero “no se realizó el concurso público para licitar la revisión y reparación de los servidores”.
Por su parte, en México, las filtraciones han demostrado que el Ejército fue el promotor de una reforma votada en septiembre para poner a la Guardia Nacional, creada en 2019, bajo el mando de la Defensa, señala el semanario Proceso.
El “Guacamaya-leak” estalló el 30 de septiembre con informaciones inéditas sobre la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador, como cuando el mandatario de 68 años tuvo que ser trasladado de urgencia desde su rancho en Chiapas (sur) a un hospital militar de la capital el 2 de enero por un problema cardiáco.
“Hubo un ataque cibernético, un robo de información”, reconoció el mandatario el mismo 30 de septiembre, cuando confirmó además las versiones sobre su salud.
Diputados mexicanos han llamado al secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, a comparecer en el Legislativo para que explique este escándalo, pero el funcionario sólo ha accedido a recibirlos en su oficina