La Bici y la vida…
#ColumnaInvitada
La Bici y la vida…
Hoy dedicaremos este espacio, para hablar de una de las actividades que apasiona a millones: La bicicleta.
Sin dudas, el ciclismo, personal, profesional o por diversión es una actividad que han ganado mucha popularidad en todo el mundo, y no es difícil entender por qué. Además de ser una forma de transporte sostenible y económica, la bicicleta ofrece innumerables beneficios para la salud y el bienestar. En este artículo, exploraremos la importancia de la bicicleta y el ciclismo desde una perspectiva de salud, respaldada por datos y cifras que destacan los beneficios físicos y mentales asociados con esta actividad.
La historia de la bicicleta se remonta al siglo XIX y ha experimentado una evolución fascinante a lo largo de los años. Se dice, que el precursor de la misma, fue la “caminadora” o “célérifère”, inventada por el conde francés Mede de Sivrac en 1790. Este dispositivo consistía en una estructura de madera con dos ruedas, pero no tenía pedales. Los usuarios se impulsaban con los pies en el suelo.
En 1817, el barón alemán Karl Drais, desarrolló algo llamado la “draisiana” o “máquina de correr”. Este invento presentaba un marco de madera, dos ruedas del mismo tamaño y un manillar, pero aún carecía de pedales. Los usuarios se impulsaban con los pies, deslizándose sobre el suelo.
Pero la verdadera revolución en la historia de la bicicleta, ocurrió en 1860 con la invención de los pedales por parte del francés Pierre Michaux. Esta innovación permitió que el “velocípedo” o “máquina de pedales” se moviera mediante el pedaleo en lugar de empujar con los pies.
En la década de 1880, el inglés John Kemp Starley introdujo la bicicleta de seguridad, también conocida como bicicleta de rueda alta o de “penny farthing”. Tenía una rueda delantera grande y una trasera pequeña, lo que permitía una mayor velocidad y equilibrio. Sin embargo, su diseño era peligroso y poco práctico.
A finales del siglo XIX, se modificó con la introducción de la cadena de transmisión y los neumáticos de aire. Estas mejoras fueron desarrolladas por el escocés John Boyd Dunlop y el británico Harry John Lawson, respectivamente. La cadena permitió una transmisión más eficiente de la energía y los neumáticos proporcionaron una conducción más cómoda y estable. Así, la bicicleta moderna comenzó a tomar forma.
A inicios de Siglo, se le agregaron frenos, cambios de velocidad y luces, y se mejoraron los materiales y la construcción del cuadro. La producción en masa y la popularidad de la bicicleta se dispararon, convirtiéndola en un medio de transporte accesible para la población en general.
En las décadas siguientes, la bicicleta ha seguido evolucionando con avances tecnológicos, como la introducción de materiales más ligeros como el grafito, sistemas de cambios más sofisticados y diseños aerodinámicos. Además, ha ganado reconocimiento como una forma de ejercicio, deporte y recreación popular en todo el mundo.
Creo que todos estamos seguros y conscientes, que usar de manera regular la bici tiene un impacto positivo en la salud.
Nos ayuda a aumentar la resistencia cardiovascular, ya que es una actividad aeróbica que fortalece el corazón. Según estudios, los ciclistas tienen un 15% menos de riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas que los no ciclistas.
El ciclismo es una excelente manera de quemar calorías y mantener un peso saludable. Se estima que una persona que pesa alrededor de 68 kg puede quemar entre 300 y 600 calorías por hora de ejercicio moderado.
Pedalear fortalece los músculos de las piernas, especialmente los cuádriceps, los isquiotibiales y los glúteos. Además, el ciclismo también implica el uso de los músculos del tronco y los brazos para mantener el equilibrio y el control.
Además de los beneficios físicos mencionados, andar en bici también tiene un impacto positivo en la salud mental.
El ciclismo libera endorfinas, hormonas responsables de la sensación de bienestar, lo que ayuda a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Según investigaciones, el ejercicio en bici regular, puede reducir los síntomas de depresión en un 20%.
Y si juntamos el uso de la bici, con el aire libre, en contacto con la naturaleza, tenemos un impacto más positivo en la salud mental, ya que estar expuesto a entornos naturales se ha asociado con una reducción de los niveles de ansiedad y una mejora en la concentración y la atención.
El uso de la bicicleta como medio de transporte, contribuye además a reducir la contaminación del aire y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. Según la Organización Mundial de la Salud, la contaminación del aire es responsable de 7 millones de muertes prematuras cada año.
Promover el uso de la bicicleta fomenta la creación de infraestructuras públicas adecuadas, como carriles exclusivos y estacionamientos, lo que a su vez mejora la calidad de vida de las comunidades y promueve hábitos de vida saludables.
No nos queda duda, que la Bici, es un medio de transporte accesible y económico para personas de todas las edades y niveles socioeconómicos. No requiere grandes inversiones económicas ni infraestructuras complejas. Promover su uso brinda una oportunidad equitativa de movilidad para aquellos que no tienen acceso a otros medios de transporte privado, como los automóviles.
Por todas estas razones y muchas otras más, es crucial seguir promoviendo y apoyando el uso de la bicicleta como parte de un estilo de vida activo y saludable.
“La vida es como montar en bicicleta. Para mantener el equilibrio, debes seguir moviéndote “.