Huachicol, el combate pendiente.
#Columna Huachicol, el combate pendiente.
El tema del huachicol en México, es una grave problemática que afecta al país desde hace mucho tiempo. Para aquellos que no estén “empapados” con el termino, el “huachicol” es la práctica ilegal del robo de combustible a los ductos de Pemex, y la mayoría de las veces, su posterior comercialización o uso indiscriminado de manera ilícita. Este robo, ha generado grandes pérdidas económicas y ha tenido graves consecuencias para la seguridad de las personas y el medio ambiente.
Es importante tomar conciencia de la magnitud del problema. Según datos oficiales de la Secretaría de Energía, el robo de combustible en México ha alcanzado niveles históricos en los últimos años, con pérdidas estimadas en más de 34 mil millones de pesos en lo que va del sexenio, lo que representa casi 1 millón de litros de combustible robados diariamente en promedio.
Pero, este problema no solo afecta al sector energético, sino también a la sociedad en su conjunto, por lo que se ha convertido en un asunto de seguridad nacional, ya que va de la mano con otros delitos de alto impacto como el narcotráfico y el crimen organizado, esto porque son los mismos grupos delincuenciales los que se dedican a impulsar esta actividad.
De acuerdo a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, en 2018 se registraron 12,581 delitos relacionados con el robo de combustible en todo el país. Estos incluyen homicidios, secuestros y robos a mano armada.
Además, el huachicol ha causado incendios y explosiones en los ductos perforados, como la terrible tragedia de Tlahuelilpan, que han dejado un saldo de decenas de muertos y heridos.
Como mencioné antes, también genera graves consecuencias para el medio ambiente, ya que la extracción ilegal de combustible provoca derrames y fugas, que contaminan el suelo, los ríos y los mantos freáticos de las diversas regiones.
En un informe del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), se dice que el robo de combustible en México se concentra en 22 de los 32 estados, pero el mayor problema está en Hidalgo, seguido de cerca por Puebla, Tamaulipas, Veracruz, Jalisco y el Estado de México. Estas entidades representan el 90% de las tomas clandestinas en todo el país.
El robo de combustible también tiene un impacto negativo en el presupuesto del gobierno. Analizando cifras de la propia Pemex, perdió tan solo en el 2022, más de 18.7 mil millones de pesos debido al robo de combustible. Para dimensionar esta cifra, el presupuesto de todo el Poder Legislativo en el mismo año, fue de 15.9 mil millones de pesos.
Hablando específicamente de Hidalgo, es una de las entidades de México con la mayor cantidad de ductos de Pemex en su interior, lo que la convierte en una región altamente vulnerable al robo de combustible.
Dice Pemex, que Hidalgo es el estado con la mayor cantidad de tomas clandestinas en todo el país, con más de 5,790, de las 13,832 registradas en el 2022. Esto representa un aumento del 29% con respecto al mismo periodo del año anterior. Los municipios de Cuautepec, Ajacuba, Tlahuelilpan, Tula de Allende y Tezontepec de Aldama son los más afectados por este delito.
Para combatirlo, se han implementado diversas estrategias. Una de las más importantes es la vigilancia en los ductos, acción que se lleva a cabo en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional y el Gobierno del estado. Incluso se han fomentado programas de recompensa para las personas que denuncien la actividad delictiva.
A pesar de ello, el huachicol sigue siendo un problema serio, muy serio en Hidalgo. Los grupos delictivos que se dedican al robo de combustible son cada vez más sofisticados y violentos, lo que dificulta su detección y captura. Además, la corrupción de algunas autoridades locales y la falta de recursos para las fuerzas de seguridad también son obstáculos importantes en la lucha.
Incluso esta misma semana, el gobernador del estado, Julio Menchaca Salazar, enfatizó que el gobierno que encabeza, junto con dependencias federales, fijaron la meta de salir de los primeros lugares nacionales, a más tardar en el mes de septiembre de este mismo año. Habrá que estar muy pendientes de los resultados.
Después de lo escrito antes, es cierto, que no podemos demeritar, de manera alguna, el que el gobierno federal en coordinación con los gobiernos estatales, han intentado por diversos medios, enfrentar el robo de combustible, sin embargo, los resultados y cifras están ahí y algo no se está haciendo bien.
No obstante, como sociedad también podemos hacer nuestra parte. Debemos ser conscientes de que el huachicol no solo afecta al gobierno o a las grandes empresas, sino que también tiene consecuencias en nuestro día a día. Quienes compran combustible robado, están apoyando indirectamente al crimen organizado y contribuyendo a la pérdida de recursos públicos que bien pueden utilizarse para el desarrollo del país.
En conclusión, el huachicol es un problema que nos afecta a todos y todas. Debemos tomar conciencia de su magnitud y hacer lo que nos corresponda para combatirlo. Sigo siendo un ferviente creyente, de que juntos, podemos trabajar para construir un México más justo y próspero para todos.
Al tiempo.