Muerto el Seguro Popular, viva el INSABI… ¿Y Ahora?
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Muerto el Seguro Popular, viva el INSABI… ¿Y Ahora?
Hace un par de días, se conoció desde la Cámara de Diputados, que, tras una extensa jornada legislativa nocturna, se extinguía uno de los programas emblema de la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, el INSABI (Instituto Nacional de Salud para el Bienestar).
El INSABI se vendió como el paso previo a mejorar y transparentar los recursos públicos y la atención al pueblo en materia de salud. Desde la campaña electoral, se ofreció desaparecer y sustituir, al mediáticamente tan conocido Seguro Popular, por ello, trataré de retomar, el papel que este jugó en el sistema de salud mexicano.
El Seguro Popular fue un programa gubernamental que se creó en el año 2003, durante el sexenio de Vicente Fox Quesada, como parte de una reforma al sistema de salud mexicano, con el objetivo de brindar cobertura médica a la población que no contaba con acceso a servicios básicos de salud y se encontraba inserto en el Sistema de Protección Social en Salud.
Recordemos, que antes de la implementación de este programa, el acceso a los servicios de salud estaba limitado a aquellos que contaban con un empleo formal y estaban afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y a PEMEX. Esto significaba que una gran cantidad de mexicanos no tenía acceso a servicios de salud básicos. De acuerdo a datos muy optimistas, esta cifra rondaba cerca de los 70 millones de personas.
El programa se financiaba mediante la creación de un fondo común, al cual contribuían el gobierno federal a través de recursos fiscales del Presupuesto de Egresos de la Federación, los estados y los propios beneficiarios, a fin de financiar el costo de los servicios para quien así lo requiriera.
El Sistema de Protección Social en Salud a través de la operación del Seguro Popular, tenía un padrón de beneficiarios que llegó a los 54 millones de mexicanos. El 89% de los recursos del sistema, se transferían directamente a los estados para operar los servicios de consulta de primer nivel y la hospitalización general en el segundo nivel de atención. Eso se complementaba con un esquema para financiar la atención de alta especialidad, el Fondo de Protección contra gastos Catastróficos que reunía el 8% de la totalidad de los fondos.
Para lograr su implementación, se consideró la infraestructura hospitalaria existente en el territorio nacional, así como la mayoría de intervenciones que se realizaban en los centros de salud y Hospitales Generales de la red de servicios estatales de salud.
El Seguro Popular ofrecía una serie de beneficios, entre los cuales se encontraban:
Acceso a servicios médicos básicos y especializados, medicamentos gratuitos, hospitalización y atención de emergencias. Cobertura para enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, cáncer, VIH/SIDA, entre otras. Y servicios de prevención y promoción de la salud.
Para acceder a ellos, quienes quisieran ser beneficiarios debían estar inscritos en el programa y presentar su tarjeta de afiliación en los centros de salud. El costo de la afiliación era muy bajo y dependía del ingreso de cada persona o familia, el cual se determinaba a través de un estudio socioeconómico.
Ya que hablamos de datos, en el 2005, tan solo a un par de años de su inicio, el Seguro Popular contaba con 7 millones de beneficiarios. Para el año 2019, la cifra había aumentado a 53 millones.
De acuerdo a expertos en el tema, se estima que el Seguro Popular impulsó la reducción de cifras de la pobreza extrema en un 9% entre el 2002 y el 2010, asimismo entre 2007 y 2012, se registró una reducción del 26% en la tasa de mortalidad infantil.
Durante el pico más alto de atención, en el 2017, el programa llegó a ejercer un presupuesto cercano a los 94 mil 889 millones de pesos en todo el país.
A pesar de estos evidentes logros, el programa también enfrentó problemas, críticas y desafíos. El principal de ellos, fue el factor humano y no de quienes atendían en última instancia a los beneficiarios, sino de quienes operaban el gran presupuesto asignado, en mayor medida los gobiernos de los estados de la república.
Además, se mencionó que el Seguro Popular no llegó a ser suficiente para cubrir todas las necesidades de salud de la población, había problemas con la calidad de los servicios de salud ofrecidos en algunos centros. De manera operativa, se hablaba de que existían insuficiencia de recursos financieros. Además, había preocupaciones sobre la falta de coordinación entre el Seguro Popular y otros programas de salud, lo que resultaba en una atención fragmentada y poco efectiva. Y para rematar, falta de insumos y medicamentos básicos.
Lo anterior derivó, en que no logró llegar a la cobertura universal planteada y prometida, lo que significaba que aún había millones de personas que no contaban con acceso a servicios de salud.
Por ello, en el año 2019, se anunció con bombo y platillo, que el Seguro Popular sería reemplazado por el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), como parte de una nueva reforma al sistema de salud mexicano, y que tendría como objetivo ofrecer servicios de salud gratuitos y de calidad a toda la población.
A partir de enero de 2020, todos los beneficiarios del Seguro Popular fueron transferidos automáticamente al INSABI. Según datos del gobierno mexicano, el INSABI tan solo atendió a más de 11 millones de personas frente a los casi 60 millones que llegó a atender el SP.
Definitivamente, el INSABI nació prácticamente muerto, ya que nunca se transparentó la forma en que operaría, los períodos de transición del viejo sistema a este, tenía problemas de financiamiento, falta de personal médico y conflictos de coordinación con otros programas de salud. Sumado, a que la desaparición del Seguro Popular generó una brecha en la atención de salud para aquellos que ya estaban inscritos en el programa.
Incertidumbre que se repite hoy, con el tránsito del INSABI al IMSS Bienestar, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿llegaremos algún día, a tener un sistema de salud como en Dinamarca?
Al tiempo…