La Paloma que no vuela.
#ColumnaInvitada
La Paloma que no vuela.
Al acercarse el 2024, y con ello, la madre de todas las batallas electorales, se ha comenzado a mover el tablero del ajedrez político en Hidalgo. Aunque como siempre en la vida, hay quien puede y tiene con que, otros que hacen como que pueden, aunque no tengan y de plano, los despistados que se tratan de subir a todo.
Al llegar MORENA al poder estatal, sabíamos que las reglas políticas iban a cambiar, y se iban a parecer más a aquellas etapas del PRI todo poderoso de los 70´s y 80´s, donde cualquier decisión por mínima que fuera, pasaba por el escritorio del gobernador en turno, y hoy, ese es el escenario nuevamente.
Con tantos cargos en juego (Senado, Diputaciones Federales y Locales, Municipios y Regidurías) la baraja que el mandamás del cuarto piso deberá jugar, es muy extensa, por lo que, sin duda alguna, tendrá que echar mano de sus cercanos, de compromisos y de algunos secretarios actuales para tener la posibilidad de obtener un carro completo, lo cuál no se antoja imposible.
La participación política de los secretarios de gabinete para buscar una candidatura, es un tema que siempre ha generado controversia, ya que los cargos en el gobierno están fuertemente centralizados en el poder ejecutivo. En este contexto, la figura del secretario de gabinete adquiere un papel protagónico, no solo por su cercanía con el gobernador, sino también por su capacidad de influir en la toma de decisiones y en la implementación de políticas públicas.
En la coyuntura estatal actual, son varios los que, empujados por las circunstancias, levantaron la mano al apuntarse en los cursos de capacitación que MORENA marca como obligatorios para quien quiera competir por cualquier candidatura.
Algunos Secretarios sin perder la templanza, ni caer en distracciones, han declarado en varias ocasiones su legítima aspiración, pero que, en este momento su atención está puesta, totalmente, en el cargo que les confirió su jefe, el gobernador Menchaca. Y sus acciones así lo demuestran.
Este tema no sería más que anecdotario, si no fuera porque, justamente la titular de una de las Secretarías de reciente creación, se creyó aquello que el canto de las sirenas le decían al oído: tú serás Senadora y después Gobernadora. Ah que Paloma tan inocente nos resultó.
Son muchas las voces al interior e incluso afuera del gobierno, que comentan que ha utilizado su posición privilegiada para impulsar su carrera política y buscar así, a como de lugar, la candidatura al Senado de la República. Esto no es necesariamente ilegal o ilegítimo, pero sí plantea algunas preguntas sobre la ética y la transparencia en el ejercicio del poder público.
Basta con darse una vuelta por sus redes sociales (y eso que ella es experta en comunicación) y nos damos cuenta que a veces olvida que ya no es una política electa, sino una funcionaria pública que ha sido designada por el gobernador para dirigir la dependencia encargada de llevar la política del Bienestar a todos los rincones del estado. Por lo tanto, su principal responsabilidad es cumplir con las instrucciones y los objetivos del gobierno, en lugar de promover su imagen y sus propios intereses políticos.
Ha sido tal su distracción, por sentirse ya sentada en el edificio del Senado en Paseo de la Reforma en la CDMX, que son varias las ocasiones en que ha metido en aprietos al actual gobierno.
Sumamente criticada por dichos errores, ella lo minimiza diciendo que es natural debido a su creciente popularidad. A pesar de tener en sus manos la política social de la administración, ha tenido ya confrontación con grupos feministas, falta de sensibilidad y empatía hacia grupos vulnerables, mal timing al apoyar una campaña de legalización de marihuana al mismo tiempo que la Secretaría de Educación, lanzaba una estrategia contra el consumo de drogas; sus colaboradores dicen que se ausenta de sus oficinas sin justificación (incluso un día le cayó de sorpresa su jefe) y otras tantas cosas.
¿Hace bien al equipo del gobernador tener titulares que, como ella, se distraen ante cualquier cosa? Y que, además, es evidente que utilizan su cargo como trampolín para buscar una candidatura, buscando cualquier reflector para ganar visibilidad y apoyo político, así como para canalizar recursos y proyectos a regiones con peso electoral.
Considero, que el comportamiento de esta funcionaria, plantea algunos riesgos para la gobernanza en el estado, ya que puede generar primero, conflictos al interior del gabinete, además de conflictos de interés y debilitar la eficacia y la transparencia de la administración pública.
De continuar así, ¿Esto podría socavar la integridad y la imparcialidad en la toma de decisiones? No lo podemos afirmar con certeza, pero sin duda aquellos que no ocupan un puesto en el gabinete pueden sentirse en desventaja al competir contra alguien con acceso privilegiado a recursos y contactos políticos.
Hacemos votos y no precisamente electorales, para que la Paloma hidalguense, siga el ejemplo de un par de sus compañeros de gabinete, que, si bien han sido transparentes sobre sus intenciones políticas, no han descuidado sus deberes y facultades a las que están obligados.
En conclusión, la participación política de los secretarios de gabinete para buscar una candidatura es un fenómeno que debe ser analizado con cuidado y regulado adecuadamente. Si bien es cierto que todos los ciudadanos tienen derecho a participar en la vida política y a buscar avances en su carrera pública, también es importante recordar que los funcionarios públicos tienen una responsabilidad especial en la promoción del bien común y el servicio al ciudadano.
Agradezco el espacio brindado para esta publicación en el espacio de #ColumnaInvitada
Héctor Miranda M.